El aniversario de Lucho Mellera como
comediante es en noviembre, en 2018 su carrera cumplió 10 años y por este
motivo organizó un show en el Maipo para celebrarlo.
Anticipa la celebración a través de un tweet
la noche del 14 de noviembre y desde ese momento, con muy poca info, ya me
pongo manija.
Soy fan de Luciano desde que vi su
participación en TEDx Jóven 2011, que descubrí en 2013 junto a otras charlas
TEDx. Me gusta su humor porque es un poco más rebuscado de lo que estamos
acostumbrados a ver, cuando cuenta sus historias, sus chistes, no solo me río
por la buena construcción de los remates sino que a través de su narrativa me
siento tan incluida en el relato que me imagino siendo él, con su lógica y
viviendo esas mismas situaciones. También admiro su capacidad para la escritura
de sus guiones de humor y cómo sube la vara con su público al elaborar
monólogos en los que roza lo literario y se permite incluir, por ejemplo, una
estructura de relato circular.
El 24 de noviembre, diez días después del
primer tweet, anunció en un post de Instagram la fecha y el lugar de su
Cumpleañitos. Al leerlo me sentí desbordada de felicidad, por fin iba a poder disfrutar
en vivo los chistes que había visto una y otra vez en sus videos de Youtube,
hasta que caí y me acordé que el 13 de diciembre me había comprometido con una
amiga para acompañarla al recital de Tini Stoessel, que estaba previsto para el
1 de diciembre, pero debido al G20 lo reprogramaron haciéndolo coincidir con el
evento perfecto para cerrar mi 2018.
Diecinueve días y una pelea con mi amiga
después, días durante los que intenté encontrar una forma de estar en dos
lugares a la vez sin éxito alguno, llegó el 13 de diciembre. No sabía que en
diciembre podía llover tanto, y a pesar de haber tomado la decisión de ir al
show de Luciano la noche anterior, volvía a poner en duda mi asistencia al show.
Afortunadamente el clima mejoró y, junto a la
amiga que me acompañó, pudimos tomarnos el transporte público hacia el Teatro
Maipo. Llegamos a las 21:20 a la puerta del teatro y nos encontramos con una
cola de casi una cuadra para entrar a la sala, nosotras primero teníamos que
retirar nuestras entradas y después encontrarnos con otra amiga más que estaba
atrasada en el subte, la función empezaba 21:30.
Mientras nos dirigíamos a la boletería veo a
César Silveyra, quien fue orador de una charla TEDx en 2016 y rapeó junto a
Lucho el cierre de la TEDx de ese año, uno de mis cierres favoritos porque a
pesar de ser no ser cantante sino comediante, fue muy divertido lo que hicieron
juntos; empecé a saltar de emoción ante la posibilidad de que hicieran algo así
esa noche y a desesperarme por descubrir todas las sorpresas que habría
preparado Luciano para festejar su cumpleañitos standupero.
21:30 abren las puertas, lentamente la cola
desaparece y todxs entran al teatro. Jujuy, nuestra amiga, sigue sin aparecer y
no sabemos que hacer porque no estamos interesadas en perdernos ni un minuto
del cumpleañitos. Decidimos dejar su entrada con el acomodador y entrar sin
ella.
Cuando ingresamos a
la sala nos guían hasta nuestras butacas y una vez allí nos entregan junto al
programa, una bolsita en la encontramos caramelos, juguetes de cotillón y un
globo, todo un verdadero cumpleaños de 10.
Jujuy llegó justo a tiempo para inflar su
globo y disfrutar del show. Casi al mismo tiempo entra César y se sienta unas
filas más adelante que nosotras, lo que me hace entender que muy probablemente
no forme parte de los artistas invitados y este solo como espectador, me
decepcioné más de lo que les puedo expresar en un párrafo, por suerte enseguida
empezó el show y me olvidé de mi decepción.
Igual que en 2008, la primera vez que se paró
en un escenario a hacer Stand Up en la muestra de fin de año de su profesor,
Fer Sanjiao apareció en el escenario para contar algunos chistes y presentar el
primer bloque de humor de Luciano.
Como en muchos de los videos de esa primera
época siendo comediante, Lucho nos sorprendió a todos usando la remera amarilla
con la estampa ¡plop! (característico de las historietas de Condorito). En este
primer bloque nos habló sobre fideos, jabones, unicornios y gustos raros, todos
reímos como escolapios que escuchaban por primera vez esos chistes aunque estoy
segura que los habíamos escuchado más de mil veces.
Al terminar con los chistes del primer
segmento, presentó al segundo invitado sorpresa, Martín Pugliese, quien fue
también docente suyo y lo ayudó a darle relevancia a la expresión corporal
dentro de las rutinas de humor.
En la sala se respiraba diversión y mucha,
mucha emotividad, todxs los que habíamos ido acompañamos a Luciano en su
crecimiento como comediante y ese viaje en el tiempo al que nos invitó fue como
ver el video del bautismo de mis sobrinos, CÓMO CRECEN LOS CHICOS #proudauntie
Para el segundo
bloque uso la remera de Calculín, la de Ciudad Emergente 2012, volvimos a reír
con el chiste del Vascolet y con aquel que hablaba de recrear la escena de una
peli con una chica. Reí no solo porque aún sus chistes viejos me siguen
pareciendo maravillosos, sino por lo mucho que cambiamos Lucho, en su rol de
humorista y yo, como público, como evoluciono nuestro código de humor, nos
reímos juntos de los personajes que crea en función de sus chistes.
Fernanda Metilli no podía faltar al festejo,
y se sumó a homenajear a Luciano y a ella misma, ya que al ser compañeros del
taller de Sanjiao se recibieron de standuperos el mismo día, y ella también
cumplía 10 años con el Stand Up. Ellos además de convertirse en muy buenos
amigos, se animaron a ser profes de Stand Up y formaron a standuperxs como
Magalí Tajes.
¡Qué bien le quedan las camisas a Luciano
Mellera! Estoy segura que no soy la única que piensa eso y el tercer segmento
fue una clara prueba de eso porque al segundo en que Lucho salió al escenario
con el mismo look que usó en el especial de Comedy Central, Stand Up Sin
Fronteras, con camisa y corbata, una joven del público le gritó “Qué lindo que sos”, a lo que él
respondió “No me cosifiques” con una
sonrisa que casi hace que yo misma le quiera revolear algún piropo de Dos
Corazones. En esta parte del show condensó los chistes de los especiales de
Comedy Central 2013 y 2014, por lo que no tuvimos oportunidad de verlo, gracias
a Jebus, con la remera naranja fosforescente que usó en el 2014.
Se acercaba el
final, pero no sin antes contar con la presencia del señor Lauriente sobre el
escenario. Siento, cuando presenta a Lucas, que por primera vez está siendo
real, él, que siempre dijo cuanto le molesta la gente y lo cabrón que es,
estaba compartiendo genuinamente su emoción por haber logrado dejar de laburar
en la oficina con todxs nosotrxs. Nos cuenta acerca de lo maravilloso que es
trabajar de lo que uno ama y poder divertirse haciéndolo, y cuan
inconmensurablemente mejor es poder compartirlo con su mejor amigo. No sé si
fue real o me lo inventé, pero cuando lo escuché decir esas cosas tan tiernas
en mi cabeza sonó un AWWWWWW.
Lucas hizo la rutina que suele hacer en
Mellera Lauriente, y dio inicio a la última parte de este mágico cumpleañitos.
Cuando Luciano salió nuevamente al escenario, en la que sería la última entrada
de la noche, lo hizo con la ropa con la que se lo suele ver en los shows
actuales que hace en Paseo La Plaza y en las giras.
Cuando terminó de hacernos reír, se puso
serio y algo solemne y nos agradeció por estar, por haber ido a celebrar con
él; nos contó que estaba su familia y los señaló en la platea, a ellos les
agradeció especialmente por nunca dudar de él y no cuestionar el que se
dedicase a la comedia. También le agradeció a su hermano, y nos dijo que en
realidad era Joan la persona más divertida que conocía, incluso más que él
mismo. Por último, felicitó a su novia y pidió un fuerte aplauso para ella por
haberse recibido el día anterior.
Luego de esto subieron nuevamente al
escenario, con una torta y serpentina, todxs lxs invitadxs, y todxs juntxs entonamos
las estrofas del FELIZ CUMPLEAÑOS. Finalmente, antes de que nos fueran a buscar
a todxs nuestras madres, nos sacamos una foto grupal con el cumpleañero y se
bajó el telón.
A la salida algunas personas nos quedamos a
esperar a Luciano para felicitarlo por estos diez años, y yo, además, porque
durante la lluvia tuve un attackazo artístico y le arme un regalo, muy al
estilo los 90’ que consistía en emular una caja de perfume Paco, pero en vez de
Paco estaba Lucho y en vez de perfume, tenía golosinas.
Ya había interactuado varias veces con
Luciano, pero sin duda esta fue la mejor de todas las veces. Cuando vió la caja
que le armé me dijo “Woow, no sabía que lo necesitaba hasta ahora que lo estoy viendo”, con esa expresión de niño entusiasmado, sorprendido e hiper feliz.
Nunca lo había visto tan feliz. Nos saludamos, nos sacamos una foto y le pedí
que me firmara la entrada, a lo que accedió de inmediato. Mientras firmaba le pedí también, porque yo estaba ahí para aprovecharme de esa felicidad, que hagamos unas stories para instagram haciendo esos juegos de palabras que traban la lengua. Jugamos y reímos como si fuéramos grandes amigos y se regocijó en su triunfo cuando yo no pude repetir “¿Estás de acuerdo con la napolitanización de la milanesa?”. Me despedí de él sintiéndome muy frustrada por no poder vencerlo, pero también muy feliz por haber asistido esa noche a su cumpleañitos y ser un poquito parte de su felicidad.
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