domingo, 21 de julio de 2019

El Rey León (Jon Favreau, 2019)


Parece ser que Disney se re copó con los Live-Actions. Era una joda y re quedó, pero algunos, Walt (ah, re que le hablaba a Walt como si no estuviera en un freezer), no se están riendo tanto.
Para muchos, El Rey León es una de las películas cuya huella nos resulta imposible de borrar debido a su alto contenido traumático, y esto me lleva a preguntarme ¿REALMENTE NECESITABAMOS PASAR DE NUEVO POR ESTO? ¿Acaso fueron insuficientes las lágrimas que derramamos en el 94’? ¿Hay algún tipo de universo paralelo que obtiene energía a partir de nuestro llanto?, y por último ¿merecen nuestros sobrinos pasar por el mismo sufrimiento que nosotros? Evidentemente la respuesta a todas esas preguntas es HELL, YES.
Debo confesar que yo no soy una gran fan de esta historia y que esta remake no me encantó demasiado la primera vez que la ví. Me pareció que el hacerla tan realista y sacarle a los personajes la expresividad facial humana era una gran pérdida para la trama, por lo tanto busqué reconfortarme viendo la película original de 1994, y fue en ese contraste en el que entendí por qué el mundo necesitaba este live action.
La cinta original, con todo el amor en que la envolvimos durante 25 años, era perfecta para nuestra infancia, sus llamativos colores y exagerada expresión corporal ayudaban a que niños de 4 o 5 años no quisieran salir corriendo y llorando de la sala de cine; en 2019, siendo espectadores un poco más serios, El Rey León vuelve desde el fondo de una caja llena de VHS's viejos para probar tu madurez y mostrarte cuánto hemos envejecido.
Es realista, y es verdad que en algunos momentos sentí que estaba viendo un documental de Disney Nature y no el retelling de este entrañable clásico infantil noventero; pero también es cierto que un cuarto de siglo después nos encontramos con escenas que tienen muchísimo más peso y significado que en el film animado, y eso se agradece mucho. Se pierde mucho con la falta de humanización de los personajes, sí. Pero hay una ganancia muy grande en la intimidad que se construye a partir de las mirada, y la profundidad y matices de emociones que podemos notar dentro de ese minimalismo. 
El Rey León 2019 respeta a raja tabla la esencia de su predecesora con diálogos y momentos idénticos al 100%, sin embargo incluye este plus, cada línea está signada por una gran carga significativa. Llega a ser realmente sombría y dramática, a tal punto que se agradecen los alivios humorísticos que aportan Zazú, Timón, Pumba y hasta las hienas.
La fotografía de la película es un capítulo aparte, me tuvo conteniendo la respiración desde el minuto cero, los paisajes bellísimos y unos cielos increíbles me hicieron volver a creer en la magia de la naturaleza.
A pesar de no haber tenido una buena primera impresión, El Rey León creció en mí y no puedo esperar para volver a verla. Sin embargo no creo que apunte a un público infantil como la versión animada, este live action se toma el drama mucho más en serio, y tengo la sensación de que fue pensada para que quienes fuimos niños en el 94 podamos disfrutar una experiencia más acorde a nuestra edad.
75/100


EDIT/DISCLAIMER: Tenemos que dejar de juzgar a los live actions que está haciendo Disney con nuestros pijamas de Mickey puestos y llenos de mocos. Siento que aunque juguemos a separarnos de nuestra melancolía a la hora de escribir la crítica, no lo logramos. Estuve con mi prima de 9 años y me dijo que había ido a ver El Rey León y le había encantado, mucho más que la original que vimos nosotros. Es un infantil, bastante más maduro y comprometido con el mensaje que quiere llevar, y funciona muy bien con los niños y niñas del 2019. 


**La crítica original, también escrita por mí, está publicada en http://cineconestilo.com 
Vayan a visitar el sitio que tiene muchisimas criticas y recomendaciones de pelis, estoy segura que les va a gustar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario